Para el
espectador corriente, no se diferencian en nada a las vacas lecheras. Pero mientras unas tienen cicatrices donde de normal aparecen los cuernos, las nuevas no
las tienen. Gracias alguna pequeña modificación en su ADN, nunca les volverán a crecer los cuernos.
Creado en una
compañía de Minnesota llamada Recombinetics, las reses sin cuernos son las
primeras de una ola de nuevos animales desarrollados utilizando técnicas que, a
diferencia de la ingeniería genética convencional, no introduzca un ADN “extranjero”.
Recombinetics
ha conseguido editar genes para producir
animales sin cuernos pero que no afecte a ninguna otra característica del
animal. Con esto, podría evitarse el descorne, cosa que agradecerán los
ganaderos, dice Fahrenkrug, fundador y director de la empresa.
Estas técnicas
genéticas pueden generar animales de granja resistentes a enfermedades
infecciosas. Los investigadores están trabajando en ganado resistente a la
tuberculosis para poder acabar con el sacrificio de los animales salvajes
acusados de su propagación como los tejones. Conseguir hallar el modo de hacer
pollos y cerdos resistentes a la gripe podrá también ayudar a prevenir la aparición de nuevos focos virales capaces de
causar una pandemia de gripe que afecte a los humanos.
“Si un animal
se convierte en resistente ante un virus, es una buena noticia” dice Bruce
Whitelaw del Roslin Institute in Edinburgh, UK. En junio, su equipo anunció el nacimiento de cerdos modificados
genéticamente para resistir la fiebre porcina africana, un virus altamente
contagioso y mortal. “Son buenas noticias para el productor, para la persona
que lo compra en el supermercado y para el animal”.
Resistencia al cambio
Sigue habiendo
oposición hacia los alimentos modificados genéticamente, aunque en países como los
Estados Unidos es una práctica que lleva tiempo desarrollándose. Pero Whitelaw
piensa que los beneficios potenciales de la edición genética son tan buenos que
acabarán convenciendo a la crítica.
En el caso
concreto de las vacas sin cuernos, no hay duda de que mejora el bienestar del
animal. Para prevenir posibles daños hacia los trabajadores u otros animales,
es común serrar los cuernos o poner un hierro caliente o pasta cáustica para
destruir los “brotes” que más tarde se convertirían en cuernos. Y este proceso
es doloroso y se realiza sin anestesia.
Actualmente, es
posible crear ganado sin cuernos mediante el cruce de individuos con cuernos e
individuos sin cuernos, pero estos cruces acabarían eliminando también otras
características importantes de ambos animales. La edición masiva de genes aceleraría el proceso consiguiendo en un par
de años los mismos avances que se conseguirían tras cien años usando los
procedimientos habituales, dice Fahrenkrug.
Por ejemplo,
existe una técnica implantada en muchos países que consiste en capar a los
cerdos para prevenir lo que se conoce como el “olor a verraco”, un olor desagradable que se
desarrolla en la carne de algunos machos sexualmente maduros. Recombinetics ha
conseguido eliminar un gen esencial en el desarrollo de los testículos, por lo
que ya no sería necesaria la castración.
Aunque los
cultivos modificados genéticamente están creciendo y son consumidos en gran
parte del mundo, los animales
modificados genéticamente tienen que ser aprobados en cada país. Esto es en
parte porque criar a estos animales es muy difícil y caro y por la preocupación
entre la opinión pública acerca de la seguridad de intercambiar genes entre
especies.
Una mirada al futuro
Es por esto que
los animales editados genéticamente marcan la diferencia, pues no hay razón
para pensar que la leche o la carne producida, por ejemplo, por una vaca sin
cuernos vaya a ser perjudicial. Solo hace falta que las administraciones
reguladoras adopten una posición similar ante los animales editados como lo
hacen con los cultivos modificados.
La ingeniería
genética convencional implica añadir genes extra a los organismos, como añadir
recetas nuevas a un recetario. Sin embargo, la edición genética supone realizar cambios precisos a los genes ya
existentes, es decir, como modificar una receta en vez de añadir una nueva.
Hay muchas
formas de editar genes pero todas están basadas en cortar un gen en una zona
determinada. Con ello, las proteínas reparadoras del ADN de la célula son
engañadas, provocando que alteren ligeramente el gen para deshabilitarlo.
La edición
genética se utiliza cuando es necesario diseñar una proteína específica que
corte el ADN para lelvar a cabo el cambio deseado, lo que es lento y costoso.
Ahora, un método conocido como CRISPR lo ha convertido en algo sencillo y
barato. Como resultado de esto, la
edición genética podría utilizarse pronto para tratar enfermedades humanas, así
como mejorar los cultivos y el ganado
No hay comentarios:
Publicar un comentario