¿Te imaginas
que un parásito capaz de alterar tu neuroquímica y manipular tu comportamiento
habite en tu cerebro? Pues bien, existe
uno que puede incluso causar psicosis y más de 4 billones de personas están
infectadas sin saberlo.
Seguro que has
oído hablar de él. El microbio en cuestión
es el Toxoplasma gondii, un protozoo
unicelular que afecta a un gran número de pájaros y mamíferos pero que se reproduce solamente en un tipo de ellos:
los gatos.
Excepto para
las mujeres embarazadas y las personas con desórdenes inmunológicos, que tienen
un riesgo mayor, lo peor que podríamos esperar la mayoría de nosotros sería un
poco de fiebre. Pero pronto este
parásito empieza a formar quistes, mayormente en el cerebro, estando
inactivo durante décadas sin hacer aparentemente nada.
Aunque la única
prueba de su presencia en humanos sería la aparición de anticuerpos específicos
en la sangre, se sabe que este parásito afecta a la mente y al comportamiento
en algunos animales. En los años 90, Joanne Webster, investigadora del Imperial
College London, Uk, descubrió que los
roedores infectados eran más activos y menos temerosos, lo que incrementaba
notablemente la probabilidad de ser cazados por gatos.
Supuestamente,
este parásito no podía empujar a los humanos a tener un comportamiento similar
al presenciado en los ratones. Pero estábamos equivocados. Jaroslav Flegr,
biólogo en Charles University i Prague, Czech Republic, demostró que las personas infectadas son más propensas a no respetar
las normas o a ser excesivamente desconfiadas o celosas que las no lo estaban.
Otro experimento
realizado posteriormente, relacionaba al parásito con los accidentes de tráfico.
El resultado confirmó la sospecha y generó una nueva duda: ¿es el Toxoplasma más dañino en humanos de lo que imaginábamos?
Webster siguió
estudiando los cambios de comportamiento en roedores y descubrió que, además,
las ratas se sentían atraídas por el olor de la orina de los gatos mientras que
seguían sintiendo aversión por la orina de otros animales. Por tanto, a partir
de ello se relacionaron los cambios en
la personalidad como un síntoma común de la enfermedad.
Pero, ¿cómo
afecta este parásito en el cerebro de los mamíferos? Investigadores de University
of Leeds, UK, descubrieron que portaba dos genes de tirosina hidroxilasa, una
enzima que produce un precursor de la dopamina. La cuestión es que en el cerebro de un mamífero, este
neurotransmisor juega un papel clave en la motivación, la capacidad
cognitiva, el placer o el miedo.
Debido a la
importancia de la dopamina, se ha empezado a relacionar la toxoplasmosis con la
esquizofrenia. Algunos investigadores se han atrevido a aventurar que un tercio de los casos de esquizofrenia no
serían genéticos, sino causados por el parásito.
Pero el estudio
del Toxoplasma también nos puede ser útil. Un minucioso estudio de los
mecanismos desarrollados para manipular el comportamiento puede ofrecer a los
neurocientíficos algunas pistas acerca de cómo tratar enfermedades y
adicciones. Después de todo, la presencia de un miedo excesivo es la
característica de muchos problemas como las fobias o la ansiedad social. Es posible que algún día seamos capaces de
manipular a los manipuladores.
Este artículo apareció en la revista New Scientists
Ha sido traducido y adaptado por EXOPOL
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